30 de junio de 2012

El mercenario

La fórmula.

Hoy me apetece presentaros una de la mejores series de cómic español que conozco, El mercenario, de Vicente Segrelles.

Para los iniciados en esto del Cómic es todo un clásico, a lo largo de 13 tomos este personaje noble nos llevará de una aventura a otra en una progresión creciente en cuanto a la calidad tanto de las historias como del dibujo.

Segrelles da vida a este personaje en 1980 siendo publicado en la revista Cimoc (si mal no recuerdo). Desde el principio destacará por su técnica al óleo, dando un aspecto diferente a lo que se venía realizando por entonces con un resultado bellísimo de sus imágenes.

He elegido para presentároslo su segundo tomo, La fórmula, ya que aquí arranca verdaderamente la saga de nuestro personaje quedando el primer número un tanto inconexo con el resto de la serie.


Lo primero decir que hay varias ediciones diferentes, yo tengo la de la editorial Ediciones B que es muy grande (ni siquiera cabe la portada entera en el scaner). Pero hay varias siendo quizá la que edita el propio Segrelles con su sello la mejor de todas aunque es algo mas pequeña.

En el primer tomo se nos presenta de una forma aún bastante imprecisa este personaje errante y taciturno, que recordaba algo al Arzak de moebius, y que mas bien actuaba de caballero andante que de ofrecer sus servicios al mejor postor, vagando por un mundo secreto oculto a los ojos del resto de la humanidad.

En este tomo conoceremos mejor al mercenario, hablará mas y aparecerán la mayoría de los personajes principales de toda la serie. Su aventura comienza cuando es alquilado por Claust el alquimista como escolta para un viaje peligroso a cambio de una magnífica armadura y equipo.




Ya desde el principio asistimos a un alarde de talento, con unos dibujos soberbios, siendo los grandes escenarios uno de sus puntos mas fuertes en estos momentos iniciales de la serie.

Tras algún sustito que otro la pareja llega a su destino, una especie de refugio secreto de una secta conocedora de avances técnicos que intercambian con Claust a cambio de otras mercancías. Sin embargo Claust quiere más poder y rabioso por el fin de la relación comercial roba violentamente al maestro el medallón que contiene una fórmula altamente peligrosa. El mercenario se negará a secundar este acto y ofrece sus servicios a los monjes para reparar su falta. Nace así una relación muy duradera y fructífera.






El mercenario formará equipo con Nan-Tay, el guerrero de los monjes, y pronto se instalará una sana rivalidad profesional en donde se verá que Nan-Tay tien muchos mas recursos y armas desconocidas con resultados palpables.



El tandem se compenetra bien sucediéndose escenas de acción en toda la parte central de la historia, pudiendo disfrutar del punto fuerte (a estas alturas de la saga) que es el dibujo. Las armaduras son increíbles, el metal, las abolladuras.... Las escenas de combates aéreos no se quedan mancas. Todo un lujo que se lee muy deprisa.



  

Claust será el villano de la serie, al menos en su primera mitad, y es uno de los personajes mas logrados y por los que siento más simpatía. Descrito claramente como un perro traidor y rastrero, cobarde pero listo, nos sorprenderá con sus inventos y jugarretas sin que uno pueda evitar cogerle cariño. Otro de los aciertos de la serie.






Nuestro protagonista no tarda en sentir que no se entera de nada y que todos le llevan ventaja, sintiéndose bastante incomodo ante la falta de confianza de la que es objeto. De todas formas la sorpresa mayúscula es descubrir que Nan-Tay es una mujer imponente, mucho mas lista que él y llena de recursos. Además tiene un sistema para escapar de las prisiones que nunca falla.... Otro de los grandes personajes de la serie.



En conjunto y a pesar de algunos detalles por pulir como ciertas escenas simples o un argumento sencillo, la serie El Mercenario despega en este tomo para volar alto a lo largo de muchos tomos. Mejorando cada vez más las tramas, la profundidad de sus personajes, sus relaciones, hasta alcanzar niveles de gran maestro tanto en el dibujo como en el  guión.

Es una lástima que desde hace ya demasiados años no se edita ningún tomo nuevo que nos hace temer lo peor. Segrelles ya debe ser muy mayor, pero nos  ha regalado un puñado de tesoros que se los recomiendo sin dudar a todos aquellos que les guste la aventura sin más, con buenos y malos de toda la vida y acción sana.

De vez en cuando volveré a analizar otro tomo que por alguna razón me gusta especialmente.

Si tenéis ocasión leer alguno.

3 comentarios:

  1. Se trata, sin duda, de lo mejor que he visto en cómic y novela gráfica. Siempre que hablo de cómic de nivel superior pongo como ejemplo a "El mercenario" y a su autor Segrelles como el máximo exponente de la calidad de arte con mayúsculas de este denostado género. Una duda: ¿Segrelles no es italiano?

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    1. No Gas Segrelles es español de pura cepa, nacido en Barcelona y de familia de ilustradores. Su tío, creo, fue un ilustrador famoso de la posguerra.

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