25 de junio de 2012

Bejamin Lacombe

Genealogía de una bruja.

En una entrada anterior ya presentamos al gran maestro de la ilustración infantil Benjamin Lacombe y sus preciosos dibujos.

Esta vez vamos a ver uno de los libros que ilustra, Genealogía de una bruja.

 
Con una edición cuidadísima de la mano de Edelvives, se nos presenta un estuche con dos libros por separado. Uno, el que lleva la protagonista,  Lisbeth, en la mano, donde hará un repaso de sus peculiares predecesoras y las características que las hicieron famosas. En el otro tomo (que pondré en otra entrada) conoceremos las aventuras de nuestra joven protagonista.


Ya de entrada se nos advierte del maléfico poder de este grimorio y sus terribles consecuencias en caso de continuar su lectura. Por lo tanto avisados estáis.

Vamos a seguir la linea sucesoria de esta casta de grandes brujas de la historia.










Casi nada, se remonta a la mismísima Lilith (que no Eva) continuando con Isis, que baja de categoría de Diosa a Bruja o esta adorable Medusa.

Se nos contaran aspectos relevantes de cada una de ellas. Todo el libro está profusamente decorado no hay ni una página sin maravillosos dibujos acorde a la época que se representa.

Algunas brujas nos suenas más como la bruja de la casa de Chocolate, otras en cambio son una verdadera sorpresa para el lector.







Parientes lejanos, santas guerreras, incluso Lisa que continua hechizándonos con su enigmática sonrisa.

La linea sigue y sigue por la historia, son bastantes y faltan algunas (pero no os voy a poner todo el libro, hay que comprarlo.)







La elegante Olga cierra este repaso familiar.

Sin duda una auténtica maravilla de cuento, me he limitado a poner algunas de las imágenes principales pero ya os digo que todo el libro está ilustrado fantásticamente, en papel excelente y con una calidad que hacen que realmente sea barato este lote. Un estupendo regalo para niños (y para mayores).

En otra ocasión conoceremos Lisbeth, la última de la familia.







1 comentario:

  1. Una edición de lujo, desde luego. Me encantó ojearlo aquel día en tu casa, y el tema de la Giocconda es curiosisimo :)

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