Llevaba tiempo esperando el nuevo tomo de la saga Bois-Maury, una de las mejores series de Cómic ambientadas en la época medieval, dibujada y guionizada por el maestro belga Hermann. Para el que no lo conozca Las Torres de Bois -Maury fue una saga que se publicó a lo largo de los 80 y 90, ambientada en la Europa del siglo XII y que estaba protagonizada por el Señor de Bois-Maury, expulsado de su feudo y que busca con desigual fortuna la forma de recuperarlo a lo largo de los 10 primeros capítulos de la trama, sirviendo de paso de excelente fresco sobre la vida y costumbres de la época.
Una vez logrado su objetivo Hermann cambió el estilo de la serie en el número 11, y el protagonista pasa a ser otro Bois-Maury, descendiente de aquél, en diferentes momentos de la historia, a modo de Cómis One Shot, sin continuación, aunque siempre manteniendo la temática medieval hasta el momento.
Esta vez el nuevo vástago de la rama Bois-Maury aparece en las selvas impenetrables de Centroamérica acompañando a las tropas españolas en algún momento del siglo XVI. Se verá envuelto en un viaje pesadilla por la jungla, acosado por las permanentes emboscadas de los indios y de la naturaleza.
Este número de la serie esta repleto de acción, de hecho se lee en apenas un suspiro, y la sensación final que me quedó fue de una cierta decepción. A pesar del soberbio dibujo de Hermann, con la infinidad de tonalidades verdes y los efectos de la luz y las sombras en función de la hora de día, la historia resuelta muy sosa, muy tópica, merecía haberse trabajado más para el esfuerzo realizado por el dibujante.
Y es que desde el número 12 de la serie el guión corre por cuenta de su hijo, Yves H. , que a mi no termina de convencerme, confirmándose la sensación de deterioro de la calidad de la saga que ya venía apreciando en los últimos números.
Bien puede decirse que es una mera sucesión de tópicos sobra la brutalidad de los soldados españoles, la sed de oro de los europeos y las penurias propias de la jungla. Ningún personaje termina de despertar empatía en el lector, ni siquiera lo indios o el propio protagonista. Ningún enfoque mínimamente original sobre el asunto u otra historia diferente aunque ambientada en esa época. No, nada de eso, una constante persecución y lucha por la supervivencia, en donde el texto escasea, y los diálogos en general son bastante flojos.
Eso sí, queda el deleite del dibujo, con viñetas espectaculares a cada paso. Lástima que en un Cómic esto nunca sea suficiente y que quede cojo ante la falta de un guión sólido. Por lo demás el ritmo es trepidante, pocos van a salir vivos de esta carrera a ninguna parte...
En conjunto queda un cómic más espectacular que bueno, mas visual que otra cosa. Los fans de Hermann estamos de enhorabuena con cada obra nueva que publica, además de la reedición de muchos de su obras emblemáticas como Jeremiah o Comanche.
Desde luego que los primeros tomos de Las torres de Bois-Maury están pidiendo una reedición a gritos y no creo que tarde en llegar(son muy difíciles de encontrar). Esa sí que la recomiendo a ciegas. Mientras os dejo mas viñetas del maestro...
Coincido en que Las torres de Bois-Maury es una de las mejores series sobre la época medieval.
ResponderEliminarLa serie me impactó por varios motivos. Me gusta
la Historia, el dibujo es realista y asombrosamente bueno y el guión abarca varios acontecimientos históricos destacables.
Sin embargo el cambio de estilo en el dibujo y el guión me decepcionaron de tal manera que
abandoné la serie tras el numero 12 (Rodrigo).
Entiendo que todo artista va evolucionando con el paso del tiempo pero en el caso de Hermann creo que ha sido una evolución...a peor ( y creéme que lo lamento)
Desde luego que la serie ha dado un bajón notable. Yo creo que le esta buscando curro al hijo aprovechando el talentazo del padre... no se.
Eliminaren cuando a Hermann, como soy un incondicional pillo todo lo nuevo que saca. Hace un año o así publico un tomo guionizado por él, Afrika, que me gustó bastante y me hizo cobrar esperanzas en vano por lo que se ve.
Un saludo
Veo que Hermann tira por el camino de dar cada vez más presencia al color y menos al entintado. Es algo muy común en algunos artistas. Las selvas se ven tremendas en estas viñetas, pero me gustaba más el tratamiento de personajes de sus otras épocas, como la de Jeremiah que me dejaste.
ResponderEliminarSi, yo también creo que es muy común según avanzan en su carrera (me recuerda a Juan Jimenez, ya lo hemos comentado) y a uno le queda una cierta tristeza porque le gustaba mas el anterior con el que lo conoció...
EliminarPasa mucho, pero es normal que el artista se canse y varíe su estilo con el tiempo.