Hoy Domingo vamos a dejar una entrada sobre el cine de animación. Para variar con lo ofrecido hasta ahora en esta sección no vamos a poner un anime japones, maestros del género por excelencia, y vamos a mostrar esta interesante coproducción franco/alemana/israelí.
Vals con Bashir es una película que trata sobre el conflicto entre Israel y Palestina en la época de la guerra del Líbano de 1982 y las, lamentablemente famosas, matanzas de los campos de refugiados de Sabra y Chatila.
La película sorprendió gratamente a críticos y público, tanto por el formato elegido, ya que no es muy habitual que el cine de animación trate este tipo de cuestiones, como por el hecho de estar dirigida por un israelí y no camuflar la culpabilidad de sus compatriotas en los hechos acaecidos.
Lo que me interesa resaltar en este blog es el dibujo y la animación ya que es muy diferente de la típica animación japonesa o norteamericana. En cierto modo es bastante peor, especialmente los movimientos de los protagonistas, sin embargo a medida que avanza la película te vas acostumbrando y quedan para el recuerdo un buen montón de escenas muy conseguidas.
El protagonista no es otro que el propio director del filme, el cual tras una conversación con un antiguo amigo y compañero de campaña, cae en la cuenta de que no recuerda nada del conflicto, sin saber muy bien porqué.
Tras reunirse con antiguos camaradas qué, 25 años después, tienen vidas muy diferentes; su mente va desbloqueando recuerdos fragmentados de la contienda, aunque el enigma principal, que se le repite en forma de sueño, se resiste a ser desvelado.
Así el espectador va recibiendo información dispersa hasta hacerse una idea de lo que supuso dicho conflicto junto a una serie de mensajes antibelicistas que se deducen de los testimonios de los diferentes amigos con los que se entrevista.
La crítica antibelicista tampoco es que sea apabullante ni nada por el estilo, limitándose a centrarse en el bando Israelí, en el trauma y miedos por lo que pasa cualquier joven adolescente occidental metido en semejante situación. No hay puntos de vista ni reflexiones sobre el otro bando.
Sin embargo va calando el mensaje de fondo de completo sinsentido y disparate de cualquier contienda bélica y cómo, según que situaciones, las personas se enfrentan a experiencias que en otras circunstancias jamas habrían previsto y que cambian sus vidas, en caso de sobrevivir.
Poco a poco, imagen tras imagen del conflicto, nos vamos acercando al climax final, a los últimos recuerdos autocensurados de nuestro protagonista y que tiene relación con las matanzas de refugiados palestinos a manos de milicianos cristianos libaneses con el beneplácito o el mirar a otro lado del bando judío.
Ciertamente es meritorio que una película israelí trate el tema de una forma bastante correcta, sin esconder su responsabilidad y señalando a los principales responsables aunque sean compatriotas. Quizá su mayor baza está en sugerir lo que mucha gente piensa sobre cómo un pueblo que sufrió el holocausto nazi empieza a parecerse peligrosamente a sus antiguos verdugos.
Aunque empieza con un ritmo lento y una animación un poco patosa, pasada la primera media hora empieza a coger ritmo terminando con un buen desenlace. La animación mejora o se le coge el tranquillo, eso unido a una estupenda banda sonora y algunas escenas memorables hacen que esta película sea altamente recomendable para los que les guste el cine de denuncia y antibelicista, ahora con un formato novedoso.
Os dejo un trailer aquí para terminar de animaros. Merece la pena.