Un poco de humo azul.
Otro gran dibujante español que tiene el reconocimiento del mercado franco belga es Ruben Pellejero, veterano dibujante de aquella gran ola divulgativa (de incalculable valor para el cómic en este país) que fueron las revistas Cimoc, Zona 84, Totem o Comix Internacional.
Tras asociarse al guionista argentino Jorge Zentner incorpora el color a sus trabajos dando un salto de gigante, en mi opinión, como artista. Obras como el Silencio de Malka sorprendieron en el mercado por su originalidad y la frescura del dibujo y el color.
Es entonces cuando guionistas franceses y belgas empiezan a solicitar sus trabajos. Así aparece Denise Lapìere con el que lleva ya unas cuantas colaboraciones estupendas.
Un poco de humo azul nos cuenta la vida de Laura, anclada en un destartalado hotel de carretera que regenta su madre. La aparición de un fotógrafo alterará la monotonía y nos permitirá conocer la historia que esconde esta mujer y el porqué de esa mirada triste.
Así viajaremos a la adolescencia de nuestra protagonista en la Europa del Este bajo la dominación soviética en los 50/60.
Por la carretera donde está el hostal se ve con frecuencia el paso de los camiones cargados de prisioneros que van de la prisión a los distintos trabajos forzados y palizas que les esperan.
Es ahí donde Laura se enamora, sin poderlo remediar, de uno de esos desafortunados presos que van y vienen día a día por la carretera. Iniciándose una desesperada y singular historia de amor.
La relajación de la política de represión permitirá la liberación de los presos y la historia de amor por fin se puede normalizar. Pero tras la euforia inicial ambos descubrirán que no todo es tan sencillo.
(dale, dale laurita...)
Finalmente nos queda por conocer el secreto que guarda nuestro fotógrafo, cerrando el cómic de una forma que deja un estupendo sabor de boca.
En conjunto un cómic estupendo, con un guión sencillo pero efectivo, que no cae en tópicos fáciles y que, sin llegar a ser un drama, profundiza en lo difíciles que son la relaciones humanas y las decepciones de la vida. Además tiene un final interesante.
Pero el gran merito está en el enorme trabajo de Rubén Pellejero, mostrando en sus viñetas que ha alcanzado el grado de maestro del dibujo unido a su especial color. La forma de transmitir emociones en sus viñetas es perfecta. Una delicia visual acompañada de una historia interesante, hacen muy recomendable este cómic que publicó Glenat en el 2002 y que todavía se puede encontrar.
De las imagenes de muestra que has puesto, me quedo más con las exteriores. Pero sin duda tiene un gran estilo capaz de reflejar multitud de ambientes a la perfección.
ResponderEliminarYo sobretodo me quedo con la intensidad de los colores.
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