Daredevil. Born Again.
Tenía pendiente desde que abrí este blog saldar cuentas con el Cómic americano, del que suelo hablar regular tirando a mal. Sin embargo yo me formé en esa escuela con catorce y quince años a través de amigos que sabían mas que yo y que por fortuna me mantuvieron al tanto de las novedades más interesantes. De otra forma tal vez hubiera abandonado este campo como tanta gente en la adolescencia.
Por fortuna en la segunda mitad de los 80 y principios de los 90 el mercado americano vivió uno de sus mejores momentos con artistas nuevos, rupturistas en cuanto a historia y/o dibujo, y sobretodo un tratamiento más adulto de las historias.
Es la época de Batman Dark Knight, Ronin, Elektra, Watchmen, por citar algunas obras maestras que, de repente, surgían una tras otra a cual mejor. La que he elegido para empezar este homenaje la recuerdo especialmente porqué cambio mi percepción de los cómics.
Recuerdo sentirme impresionado por el montaje de secuencias, la violencia, lo maduro del guión, el perfil psicológico de los personajes, todo ello bajo un dibujo estupendo, pero con unos colores típicamente planos del cómic americano que siempre me ha disgustado.
No podía creer que se pudieran hacer cosas así, tan buenas. fue un Shock que preparó el camino para otras obras y entonces estuve dispuesto a dejarme aconsejar (Bendita decisión).
Los responsables son Frank Miller, autentico revolucionario del medio, del que ya hablaré en otra ocasión y Mazzucchelli, otro crack aunque entonces con un estilo muy convencional aún.
Todo se desencadena con la revelación del Alter Ego de Daredevil a oídos de Kinping, rey del hampa de USA.
No hay nada que peor lleven los super heroes que la gente sepa quien es el que realmente se esconde tras esos trajes chillones que suelen llevar (se comprende).
En este caso a Matt Murdock, abogado de alto prestigio, le esperan una serie de golpes inesperados por todas partes, que de un plumazo destruyen irremediablemente su vida civil.
Pero el verdadero plato fuerte no es la ruina económica sino la ruina mental a la que se enfrenta nuestro héroe, dando así Frank Miller (que estaba en estado de gracia) una profundidad psicológica a la historia que es quizá el punto mas fuerte de toda la obra.
En los primeros capítulos asistiremos a su progresivo deterioro y derrumbe hasta llegar a la catarsis final.
Kinping esta disfrutando de los lindo pero al final sus planes se tuercen, pierde la pista del pobre Matt murdock y como un niño enrabietado por perder el juguete que torturaba removerá cielo y tierra si es preciso para volver a encontrarlo.
Por su parte Matt Murdock sufrirá un encuentro inesperado (quizá lo mas forzado de la historia) e iniciará un proceso de recuperación moral y físico como una nueva persona.
Pero Kinping no lo permitirá.
El Cómic está lleno de personajes secundarios muy bien trabajados, subtramas de corrupción, del mundo de las drogas, de sicarios, pistoleros, amenazas a la prensa, y finalmente la corrupción militar. Nada escapa de la feroz critica del autor, pero toda esa violencia hay que decir que no es gratuita, lo impone el guión y cuando una historia tiene escenas violentas porque es que la historia lo es, quedan muy bien.
Hasta en la propia celda, con prensa delante incluida, el poder de Kinping se hace notar, esta es una de esas secuencias inolvidables que tiene esta obra.
Faltaba la caballería por supuesto, también los militares tiene sus trapos sucios, porqué no echar una mano, eso sí "dale una roja".
Veamos que pasa si lo llevamos a New York de paseo.
El final de la historia la tendréis que conocer vosotros si os animáis con este cómic que no creo que defraude a nadie. Al final hasta los Vengadores tiene que poner orden.
En conjunto una obra sobresaliente, con algún pequeño altibajo a la mitad y hacia el final, que impiden ponerle un 10, pero que desde luego no empañan la gran cantidad de secuencias imborrables que deja en el lector.
Me enteré que hace un par de años o así sacaron una nueva edición integral que será fácil de conseguir (la mía esta hecha migas). Os la recomiendo.
Recuerdo que este me lo prestaste. Y coincido con lo poco agraciado que es el color del comic Yankee usualmente. Pero ya se sabe, cuando hay que producir a ritmo industrial...
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